6 PASOS PARA MEJORAR TU HISTORIA Y NO FRACASAR EN EL INTENTO
Una guía para superar tu primer borrador y empezar a trabajar en el segundo
Acabas de escribir la última palabra de tu novela ¡Felicitaciones! Pero recuerda que no importa cuánto la hayas revisado y pulido, sigue siendo un borrador. Y los primeros borradores son exploraciones únicamente para ti. No esperes que todo salga bien en el primer intento. Lo importante es que ya tengas escrita una historia. Si esperas mucho de ella lo único que lograrás será frustrarte y decepcionarte.
Escribimos borradores para tener algo que revisar y mejorar, lo más seguro es que sea horrible y si lo publicaras así sería un fracaso. Pero recuerda que mejorar nuestra obra hace parte del proceso como escritores.
Los comienzos son relativamente fáciles ya que vienen de la nada. Por más de que tengas todo planeado por lo general escribes sin saber para dónde vas. Incluso el final parece escribirse a sí mismo si sigues todos los eventos y sin tener nada de proyección. Es en la mitad donde las cosas se embarran un poco. La suciedad de lo que sucede en el transcurso de la narración es lo que separa a los escritores profesionales de los aficionados.
1- Detente
Este es un buen momento para tomarte un pequeño descanso de tu manuscrito. Vuelve a leer una novela escrita por un autor que admires, o lee una novela que hayas deseado leer. Lee con un lápiz en la mano y toma nota de las escenas, los personajes, el lenguaje, los puntos de vista y todas aquellas cosas que se te hayan dificultado en el momento de escribir. Cuando hayas terminado tu lectura anota todo lo que aprendiste de ella.
2- Recarga las baterías
Vuelca nuevamente tu atención a tu trabajo. Lo que necesitas para seguir es entusiasmo. Necesitas volverte a emocionar por tus personajes y por tu historia. Consigue un cuaderno donde puedas anotar observaciones sobre tu trabajo. Recuerda qué era lo que tenían tus personajes que te impactaron en un primer momento y anótalo. Cada vez que sientas que tu entusiasmo cae, para un momento y recuerda por qué empezaste a escribir tu historia. También anota todas las repuestas a tus preguntas. Verás cómo será más fácil seguir adelante.
3-Haz un diagnostico
Es momento de profundizar un poco. Pregúntate a ti mismo qué es lo que no te gusta de tu trabajo y respóndetelo en el cuaderno. Se honesto.
Tal vez pienses que no conoces lo suficiente a tus personajes o que lo que escribes no tiene importancia. Bueno, es la mejor forma de saber por dónde empezar a arreglar. Dedícale más tiempo a delinear a tus personajes y a revisar tu trama. Vuelve a tu cuaderno. Escribe aquello que no te deja dormir, escribe sobre las cosas que te hacen sentir apenado. Si sientes que hay una maldad en el mundo dale forma. Escribe sobre aquello que hace al mundo un lugar miserable. Y luego, cuando te des cuenta que lo que dices es importante agrégaselo a tu historia.
Si tienes problemas con el final de tu novela recuerda que la clave está en reconocer que la mayoría de las veces el final está implícito en el inicio. Regresa a tu primer capítulo y busca cualquier pista. Luego haz una lista exhaustiva de posibles formas de terminar la historia. Escoge la que te parezca más sorprendente.
4- Hazte un ‘examen de conducción’
Es momento de empezar a leer tu manuscrito. Empieza con tu escena de inicio y busca eso momentos que piden a gritos que los mejores, aquellos lugares en dónde debes profundizar y seguir desarrollando la narración, por oportunidades que escribiste y que nunca explotaste. Ahora ya tienes material para abrir la escena, para ampliarla. Ya tienes dónde empezar a pulir y a sacar brillo.
Toma nota de esos momentos en los que olvidaste que leías y entraste al mundo que planteabas. Esas son las partes que están funcionando. Si examinas los mejores pasajes que escribiste, tendrás las herramientas para mejorar los más débiles.
Cada vez que leas de nuevo el manuscrito, encontrarás algo nuevo. Escucha tu historia. ¿Qué es lo que te está tratando de decir?
5- Empieza un alboroto
Todos los escritores somos problemáticos, así que no reprimas tus instintos y crea problemas. Pregúntate qué más es posible que salga mal en la vida de tu protagonista. Recuerda cada uno de los problemas que has tenido en la vida o aquellos que temes que te sucedan. Eso es exactamente lo que hace una trama atractiva: las cosas que no quieres que te pasen.
6-Sigue así
Ahora ya te has dado cuenta que escribir una historia es básicamente tener una trama y complicarla un poco. Las historias son acerca de personajes que quieren algo. Y tú también quieres algo: entender las vidas de tus personajes, lo que significa resolver los problemas que se le presenten a tu protagonista, lo que significa completar la novela; y lo quieres con muchas ganas. Siéntate día tras día. Lucha hasta que lo logres, y finalmente tendrás tu novela. Una trama resuelta.
Imagen: Eneas De Troya (vía Flickr)