9 FORMAS DE USAR EL ELEGIDO SIN CAER EN EL CLICHÉ
Todos queremos que los lectores amen a nuestro protagonista, de la misma manera que queremos que éste sea único, impresionante y poderoso. Por algo es el héroe, y como tal se merece lo mejor de lo mejor, se merece ser «el elegido».
Desafortunadamente usar este cliché viene con un precio. Más seguido de lo que crees, los escritores caen en lugares comunes al usarlo y, en vez de crear un personaje agradable e inspirador, terminan creando un desastre.
No estoy diciendo que él elegido sea mejor o peor que cualquier otro tipo de protagonista, si lo vas a usar, lo mejor es que estés preparado para hacerlo.
¿Cómo puedes crear a tu personaje «elegido»?
En su esencia, los elegidos son simples. Por más de que son asociados principalmente con historias de fantasía o ciencia ficción, se pueden encontrar en muchísimos otros géneros ya que los define una sola idea: el destino. El destino de vencer el conflicto de sus respectivas historias, sin importar cuál conflicto sea.
Esto puede crear dos problemas obvios:
1- Un héroe sin personalidad
2- Una historia sin tensión
Cuando tu protagonista es el elegido, el desarrollo de tu historia gira completamente alrededor de sus decisiones. Y, en vez de tomar las decisiones por sí mismos, este tipo de personajes termina por actuar de una forma u otra con el único argumento de ser el elegido y eso te hace caer en una escritura perezosa, haciendo que el personaje carezca de cualquier tipo de personalidad.
Por el tipo de historia que estás construyendo, la victoria del protagonista está predestinada y el lector lo sabe, por lo que, sin ningún reto genuino que enfrentar, la historia pierde rápidamente la tensión que podría tener y se vuelve aburrida.
Para que le saques todo el provecho que puedas a este cliché, la clave está en hacerlo enfrentar las mismas pruebas que cualquier otro personaje tendría que enfrentar.
Para eso:
1- Dale problemas reales
Cada héroe necesita ganarse sus propias victorias, incluso si es el elegido debe ganarse su título o derecho de nacimiento. Debe enfrentar retos físicos y emocionales que lo hagan preguntarse si será capaz de cumplir con su destino.
2- Dales una debilidad
Es muy fácil crear elegidos que son invencibles y por esta razón, debido a su inmenso poder y su destino prefijado, el lector ni se preocupa cuando encara un problema pues no teme en ningún momento que pueda ser vencido o morir.
Lo mejor que puedes hacer es ponerle una debilidad que lo haga imperfecto. Cada personaje, sin importar su tipo, necesita una debilidad, es decir, algo que el antagonista pueda explotar para hacerlo sufrir.
3- Dales un defecto
Puede que suene parecido a la debilidad, pero el defecto es algo diferente, algo menos físico (como la debilidad) y más bien más interno.
Los defectos lo hacen más real a los ojos de los lectores, porque cada uno de nosotros también los tiene, además de ser una forma de medir su crecimiento a lo largo de la obra. En la medida en la que se desarrolla su arco dramático, su defecto evolucionará y cambiará y los lectores sentirán que hacen parte de esa transformación.
4- Cuestiona su viaje
El principal problema que tienen los elegidos es que son felices siendo lo que son. Nunca o casi nunca cuestionan el destino que han heredado o si realmente serán capaces de hacerlo.
Este cuestionarse y no sentirse capaz ayuda a tu lector a conectar con él, lo hace más humano, más cercano y le da profundidad.
¿Cumplir con su destino irá en contra de sus principios o valores? ¿Tendrá que destruir una parte de lo que es para lograrlo?
5- Haz que los lectores lo quieran
Dale cualidades y fortalezas que lo hagan agradable a tus lectores. Antes de ser el elegido, es un personaje, y no cualquier personaje: es tu protagonista y por esta razón debes tratarlo como a todos.
Así que dale defectos y cualidades.
¿Cuáles son las cualidades que lo harán conectar con tu lector?
La mejor forma que tienes para mostrarlas es mediante la interacción con otros personajes, aliados o enemigos.
6- Permíteles querer más
Tu personaje no debe estar satisfecho con solo ser el elegido, debe tener deseos reales y humanos que vayan más allá de solo cumplir su destino. Esto es lo que se conoce como motivación de tus personajes.
Todos los personajes deben tener una motivación y tu elegido no debe ser diferente.
No debería hacer las cosas solo por su destino, debe tener metas claras. Estas motivaciones le dan profundidad y crea buenas oportunidades de tensión ya que habrá momentos en que su destino y sus deseos choquen entre ellos.
7- Muestra por qué importa
Para que el hecho de que sea elegido valga la pena, tu personaje debe tener un rol claro que jugar.
Tu lector querrá saber por qué importa.
¿Por qué tu protagonista tiene que ser el elegido? ¿Cómo influenciarán sus poderes o destino en sus decisiones o su comportamiento?
8- Apóyalos con un equipo
Cuando tienes un elegido es muy fácil prescindir de otros personajes a su alrededor. Ellos simplemente no necesitan aliados o mentores, ¿verdad? Después de todo ya tienen su destino escrito.
Bueno, estás muy equivocado.
De hecho, cuando escribes este tipo de protagonistas, los personajes secundarios pueden convertirse en personajes muy importantes.
Debido a que el destino de tu protagonista ya está escrito, tener un grupo variado de personajes con sus propias subtramas, metas y problemas añadirá un poco de tensión extra en los momentos en los que tu protagonista no puede proveerla.
Tus lectores pueden quererlos y preocuparse por su desarrollo ya que su destino no está escrito.
Esto es especialmente importante durante el clímax, ya que es el momento en el que las acciones del protagonista se vuelven más predecibles porque sabemos que él va a ganar. Sin embargo, no tenemos idea de cuál será el destino de los demás personajes, por lo que nos preocuparemos por ellos y seguiremos leyendo.
9- Haz que el destino parezca incierto
A lo largo de este artículo hemos hablado de cómo el cliché del elegido nos da un destino predeterminado para el protagonista, por lo que no hay duda de su eventual victoria. Él es especial, es el héroe y sin importar qué tan difícil sea una tarea, logrará con ella.
Pero, ¿qué pasaría si la victoria no está asegurada?
Para lograr que tus lectores se preocupen por él, entonces tendrás que escribir momentos de tu historia en los que el protagonista pierda y cuestione sus propias habilidades. Estas derrotas demostrarán que no es infalible y se preocupen por su seguridad en el momento de enfrentarse a su destino.
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