3 FORMAS DE ARREGLAR UNA HISTORIA
Ser humano es algo que de alguna manera debemos manejar diariamente. Sin embargo, escribir acerca de las experiencias humanas es algo difícil de hacer. Crear una historia que unan los arquetipos universales con tu propia voz de una manera artística es posiblemente uno de los retos más grandes de la vida.
Para este momento ya escribiste tu primer borrador. Te tomó semanas, meses o años. Te sientes bien por haberlo hecho, y eso ya es un gran logro. Sin embargo un primer borrador nunca será brillante. Ni siquiera es bueno. Es solamente un primer borrador. Un borrador en el que estableces cómo va a ser la trama de tu historia. No es un rompecabezas armado. Son las piezas del rompecabezas sacadas de la caja y arrojadas en el suelo. Un trabajo en el que tienes que seguir trabajando.
¿Qué debes hacer entonces para mejorar aquello que ya crees finalizado?
Antes de revisar los pequeños problemas de una obra, es importante que revises lo más importante de las historias y lo apliques a tu trabajo:
1- Transición en el personaje
Este es el secreto más grande. La razón por la que leemos libros, vemos películas y vamos a obras de teatro. En una palabra, la clave es “cambio”. Nos gusta ver como un personaje empieza en un punto y termina en otro emocionalmente. Ver a alguien tan humano como nosotros que lucha por ser mejor de lo que era al comienzo de la narración es lo que hace a las historias tan populares como son.
No es un accidente que la transición emocional sea el alma de tu obra sin importar el formato en el que la presentes. Los personajes estáticos son aburridos. Por eso es importante invertir en el desarrollo de tus personajes. Si un personaje no cambia en el transcurso de tu obra, al menos debe ser desafiado a hacerlo en cada escena, y su presencia también debe cambiar a los demás personajes a su alrededor.
2- Conflicto
No estás escribiendo una biografía sobre lo que ha hecho tu personaje, estás mostrando quién es y quién puede llegar a ser. Por eso tu audiencia necesita exposición e historias de fondo que sean rápidas y eficientes. El problema está en cómo lo incluyes sin que sea muy evidente que lo estás haciendo. ¿Tu exposición se integra con la acción, o tu historia tiene que hacer una pausa? Si es la segunda opción, corres el riesgo de perder la atención de tu audiencia.
Mientras que la transición muestra a tu personaje y su desarrollo a lo largo del arco de tu historia, la mejor manera de mostrar de qué está hecho tu personaje en un punto específico del tiempo, es por medio del conflicto. Conflicto interior y conflicto exterior. Conflicto entre tu personaje y tu antagonista. Conflicto entre tu personaje y su familia, sus amigos, incluso sus mascotas. Nunca hay suficiente conflicto en una historia.
Una de las escusas más comunes es: “Pero mi protagonista es amigo de ese otro personaje ¿cómo puede existir algún conflicto entre ellos?” Si tienes amigos es muy probable que tengas algún tipo de conflicto con ellos. Pueden seguir siendo amigos y tener discusiones. De hecho, la fortaleza de una amistad se reconoce cuando llegan los conflictos. Si huyen a la primera señal de tormenta, entonces no es una verdadera amistad.
3- Arquetipos
Tu personaje puede ser convincente, y la transición y el conflicto hacen maravillas llamando la atención de tu audiencia. Pero ¿qué hay sobre su misión, su historia externa? ¿Qué se supone que deben hacer?
Te lo garantizo, tus espectadores nunca han sido enamorados por un vampiro, ni han tenido que lanzar un anillo a un volcán, y mucho menos han construido un traje de Iron Man. ¿Entonces cómo hacer que les importe la historia que tienes para contar? La respuesta: usando arquetipos.
Las historias más conocidas son exitosas porque manejan arquetipos. En otras palabras, usan aquello que los humanos tenemos en común. Todos sabemos lo que se siente desear algo o a alguien. Todos sabemos lo que es amar y ser amado, lo que se siente temer a la muerte, o lo que es querer protegernos y a nuestros seres queridos.
Esto debe ser el pilar de tu historia. De esto es de lo que se debe tratar tu historia en realidad. No es la historia de tu personaje, es tú historia, la historia de todos los que la lean. Porque todos hemos experimentado esos sentimientos. Eso es lo que significa ser humano. Aquello que tu personaje desea, en el fondo debe ser lo mismo que todos deseamos.
Imagen: Keith Allison (vía flickr)