10 SECRETOS PARA CREAR PERSONAJES SECUNDARIOS
Crear un personaje memorable es difícil, pero cuando escribes una historia en necesario que haya más de uno.
Entonces ¿cómo puedes hacer que tus personajes secundarios tengan algo de valor sin tener que darles el protagonismo? No es una respuesta fácil, pero estos trucos podrían ayudarte a que tus personajes secundarios no lo sean tanto.
1- Dales aunque sea una característica que los defina
La mayoría de las personas tienen uno o más hábitos que logras descubrir desde la primera vez que los conoces y que permanecen incluso después de que los conoces más. Una risa única, la manera en la que sonríe cuando quiere ser amable, un lunar que llama la atención, una voz carrasposa. Cualquier cosa puede funcionar.
2- Dales un pasado
Tu personaje principal no necesariamente tiene que tener un pasado porque tienes toda la historia para mostrar quién es y lo que es capaz de hacer. Sin embargo, para un personaje secundario tienes menos espacio. Cuando puedas cuenta su historia. En un capítulo aparte, en un par de párrafos. Tu decides. Nunca está de más contar una historia más dentro de tu historia principal.
3- Asegúrate que tienen una voz propia
Tienes que asegurarte que tus personajes no hablan igual. Algunos podrán comunicarse a través de frases cortas, otros tendrán alguna muletilla, habrá otros que tendrán problemas para pronunciar la s, otros podrán hablar con palabras propias del derecho o tal vez preferirán filosofar cada vez que tengan la oportunidad. Lo importante es que no haya dos personajes hablando igual.
4- Evita hacerlos la viva imagen de la virtud
Los personajes que no tienen debilidades se hacen automáticamente aburridos. Cualquier personaje que tenga fobias, malos hábitos o necesidades destructivas va a llamar más la atención que uno que sea perfecto en todo sentido.
5- Ánclalos a un lugar en particular
Una de las partes más importantes de hacer un personaje secundario atractivo es darles un lugar. Dale un lugar del que provenga, o uno en el que le guste estar. No importa que sea su casa, una biblioteca, una taberna o en un café. Cuando anclas a un personaje a un lugar haces que ambos se sientan más reales.
6- Preséntalos dos veces: la primera en el fondo, la segunda en el primer plano
Cuando mencionas un personaje por encima hablas más acerca de él. Es la primera impresión que da y que empieza por hacerlo peculiar incluso antes de saber que no va a ser únicamente parte del paisaje. Cuando lo presentas como parte del primer plano por lo general das más información o detalles sobre él. El lector casi no recordará que lo mencionaste anteriormente, pero en el fondo de su mente lo identificará.
7- Enfócate en lo que significa para tu protagonista
¿Qué rol tiene ese personaje en la vida de tu protagonista? Si sabes por qué es memorable para tu protagonista entonces sabrás por qué es memorable para tu lector.
8- Dales un arco, o la ilusión de uno
Puedes crear la ilusión de un arco al mencionar que tu personaje se siente de una forma, y luego, cien páginas después, decir que se siente de otra. Un personaje que cambia de alguna forma es automáticamente más interesante que uno que permanece igual todo el tiempo.
9- Entre más secundario sea, más caricaturesco tiene que ser
Este truco es debatible. Algunas formas de escritura simplemente no contemplan tener un personaje caricaturesco. Pero si tienes un personaje que aparece dos veces en toda tu novela y quieres que tus lectores lo recuerden más allá de una pieza de escenario, bueno, es bueno que contemples este truco.
10- Decide cual de tus personajes secundarios permitirás que sea olvidable después de todo
Probablemente es inevitable que olviden a algunos de tus personajes. Tu energía es limitada y la capacidad para recordar de los humanos también lo es. A veces tienes que resignarte a la necesidad de que algunos de tus personajes sean extras nada más, y que van a estar ahí porque necesitan cumplir una función en tu trama sin tener una personalidad que dé para hablar. Es un sacrificio el que hacen: otorgan la posibilidad de ser recordados por el bien de la historia.
Imagen: Amnesty International UK (vía flickr)