12 PASOS PARA AUTOEDITARTE SIN ESTRÉS
Una guía para preparar tu manuscrito
1- Lee
Imprime tu manuscrito, sírvete una taza de café y toma un lápiz. Léelo desde el comienzo hasta el final con tranquilidad. Escribe comentarios en los márgenes en la medida en la que algo que no te guste aparezca, pero no hagas notas detalladas. La idea es hacer una imagen general de la historia teniendo en cuenta el ritmo y la forma en la que fluye.
2- Trama principal
Es el momento de interrogar tu trama y preguntarte si hay suficiente conflicto en tu historia. Mira cada escena y cada secuela para ver si has desarrollado lo que propusiste desde el incidente inicial. Compara tu mejor escena con la peor. Decide si esta última puede ser reciclada o reescrita. Si no hay nada que hacer y no aporta a la trama, elimínala.
3- Fíjate en tu protagonista
Ahora es el turno de tu personaje principal. Una Buena idea es crear una hoja de personaje que te permita plasmar todos los aspectos que tienes de él. Ten claro que es lo que lo hace único en su aspecto psicológico, físico y socio económico, y asegúrate que todo lo que hayas escrito sea consistente con lo que tienes en la novela. Fíjate principalmente en las decisiones y en los comportamientos.
4-No dejes de lado al antagonista
El siguiente paso es hacer lo mismo con el antagonista. Asegúrate de que esté en la posición de darle la mayoría del conflicto a tu personaje principal. No hay nada que destruya una historia más rápido que las desventajas injustas entre tu personaje principal y su némesis, especialmente si el segundo es mucho más débil. Haz lo posible porque sea igual o más fuerte que tu héroe. Si después de esto sientes que necesitas reforzar tu trama, vuelve al punto 2.
5- Desempolva al resto de tu elenco
Aunque no necesiten la misma lupa que los dos anteriores, es importante que hagas lo mismo con el resto de tus personajes. Fíjate en que cumplen su papel de una manera vívida, realista y atrapante. Un tip puede ser invertir entre 10 y 20 minutos al día escribiendo sobre ellos o haciendo una lluvia de ideas para hacerlos más reales, y luego agregues eso que tienes a tu historia.
6- Prepara tu paleta
Piensa en la locación. Mejora la descripción en los lugares en los que no está claro lo que intentas mostrar y recorta un poco esas largas descripciones sobre un mismo sitio. Asegúrate de apelar a todos los sentidos para recrearlos. Tómate el tiempo que necesites para investigar sobre aquellos que no te sean del todo familiares.
7- Interprétalo
Lee tus diálogos en voz alta. Si puedes, grábalos y luego escúchalos. ¿Qué tan reales te suenan? Fíjate en la información que brindan sobre cada uno de tus personajes, que demuestren su individualidad, su historia, pero que al mismo tiempo ayuden a que la trama avance. Si es necesario empieza a leer guiones de teatro (o de películas si puedes) para inspirarte.
8- Es una carrera, no una maratón
Mira tú manuscrito ¿tiene suficiente espacio en blanco? Trata de mantener las frases y los párrafos lo más cortos posible. Si te aburres leyendo una página, ten por seguro que tus lectores también lo harán. No tengas misericordia. Recorta.
9-Inicios, medios y finales
Compara tu primera página con la última. Si puedes, intenta poner símbolos, imágenes o sentimientos que hagan eco o que las contrasten. Busca una forma de crear un final que resuene en el lector de una forma subliminal. Ahora ve a la mitad del libro y mira si ese punto es lo suficientemente poderoso como para llevar la historia hasta su clímax. Debería ser un momento que afirme el compromiso del personaje principal a la historia.
10- Conviértete en un editor continuo
Aléjate de tu manuscrito por lo menos ocho semanas. Imprime una nueva copia y vuélvela a leer. Busca que todo sea claro y consistente. Cada página, cada línea y cada palabra.
11- Púlelo hasta que brille
Ahora y solo ahora es cuando te vas a fijar en la forma como lo escribiste. Revisa la ortografía, la gramática, la elección de palabras. Es como si estuvieras vistiendo tu libro para asistir a la alfombra roja. Tiene que dejar sin aliento.
12- Busca otro ojo
Si tienes un amigo objetivo, un editor freelance o si participas en una comunidad de lectores beta, es bueno que les pidas su opinión respecto a tu obra. Deja tu vanidad de lado y ten la mente abierta a cualquier crítica que te puedan hacer, solo así podrás mejorar tu trabajo teniendo en cuenta el punto de vista del lector.
Imagen: photosteve01 (vía Flickr)