Crea los personajes de tu historia

6 TIPOS DE DEBILIDADES QUE PUEDES USAR EN TUS PERSONAJES

¿Alguna vez te pusiste a pensar qué pasaría si Superman no fuera alérgico a la criptonita?

Lo más probable es que sería tan perfecto que nos aburriría.

Los personajes que no tienen ni media falla en su lista de habilidades son el ingrediente perfecto para matar la tensión con una eficiencia implacable. A nadie le interesa conectarse con un personaje al que todo le sale bien, que nunca pierde, que no rompe un plato y que siempre tiene la idea correcta en el momento correcto. Por lo general es muy difícil interesarse en su meta porque sabemos que la van a conseguir sin tener que sacrificar nada por el camino, sin el mínimo esfuerzo, ya que de eso se trata la perfección, ¿no?

 Los personajes que superan obstáculos a pesar  de sus problemas parecen más fuertes que aquellos que no han tenido que superar nada en absoluto y además se sienten más reales, menos artificiosos.

Las debilidades cambian el tono de la historia y la manera en la que los personajes son percibidos por la audiencia, hacen que se nos mueva algo en el interior esperando que él logre superar esos problemas que no lo dejan alcanzar sus metas, ya que al mismo tiempo que sale adelante y triunfa, nosotros sentimos que en nuestra imperfección también tenemos esperanza de poder hacer algo por nuestras vidas rotas y problemáticas.

Finalmente en eso consiste nuestro oficio.

¿Cómo puedo hacer a mis personajes perfectos no tan perfectos?

1- Aversión

Haz que tus personajes sientan rechazo o repulsión hacia algo o hacia alguien. Las arañas, los sapos, los gusanos, la sangre, la suciedad, los cadáveres, el racismo, la homofobia, el sexismo o las enfermedades son apenas unos pocos ejemplos de cosas con las que las personas tienen problemas de tratar.

Tu personaje puede tener sentimientos intensos que los paralicen y que no les permitan interactuar con el mundo de una forma normal.

¿Cuándo puedes usarlas como debilidad?

Las aversiones son las debilidades menos severas de esta lista. Son una buena opción si quieres enfócate en otros aspectos de la historia o del personaje ya que no requiere de un evento traumático para justificarlas y no afecta necesariamente todos los aspectos de la vida de quien las tiene.

Escoge tus aversiones de manera sabia, teniendo en cuenta el papel que quieres que el personaje juegue en tu historia.

2-Miedo

El miedo es la motivación más universal de todas y por esa razón puede funcionar como debilidad. El miedo causa ansiedad; las personas con ansiedad van a hacer todo lo posible por evitar la fuente de sus miedos.

Los miedos que surgen a partir de algo específico son llamados fobias: lugares cerrados, interacciones sociales o algún tipo de animal. El miedo surge cada vez que te encuentras en una situación relacionada con la fobia.

Éstas casi nunca son racionales y muchas de ellas son bastante extrañas –como la fobia a los ancianos-.

Una persona con fobias hará todo lo posible para evitar una situación en la que tenga que enfrentarse a ellas: alguien que se encuentra con un tiburón en el mar se asustará y saldrá nadando lo más rápido posible para alejarse del peligro, en cambio, una persona con fobia a los tiburones nunca hubiera ido al mar en primer lugar.

Aunque tienes mucho por donde escoger en cuanto a las fobias, es importante que recuerdes que algunas de ellas son tomadas menos en serio que otras –insisto en la de los ancianos.

¿Cuándo puedes usarlas como debilidad?

Una fobia es fácil de entender y puede ayudar a hacer a tu personaje más realista. Aun así, es bueno que la evites cuando quieres hacer un personaje que sea extremadamente formidable –‘badass’- debido a que las fobias significan una debilidad implícita.

El miedo se puede manipular para que tus personajes parezcan valientes si los haces enfrentar la fuente de sus temores –algo que hará que tus lectores lo admiren-. La manera como la audiencia ve a un personaje miedoso depende exclusivamente de la forma en la que éste maneja sus temores.

3-Adicción

Un personaje con una adicción estará obsesionado con algún tipo de sustancia, habito o persona y no será incapaz de resistirse. Con el tiempo, la adicción cambiará su vida y si intenta resistirse o satisfacerla lo único que conseguirá será hacerse daño.

Las adicciones son cíclicas: el adicto pasará del antojo a la indulgencia, de esta pasará a la abstinencia y luego sentirá antojo de nuevo. Esto crea un fuerte cuadro de repeticiones en las que el personaje experimentará una serie de intentos de dejarla, alternados con lapsos de «buen comportamiento», remordimientos y la necesidad de esconderla.

¿Cuándo puedes usarlas como debilidad?

Por mucho, la adicción es la debilidad más poderosa de esta lista porque tiene el poder de arruinar vidas. Es muy fácil hacer que una adicción sea perjudicial ya que incluso las más sencillas son problemáticas por definición.

Los otros personajes van a actuar diferente ante alguien que ellos saben que está sufriendo de algún tipo de adicción y eso es algo que te permite crear tensión y conflicto.

Aun así, las adicciones son un tema delicado que debes manejar con cuidado.

4-Inmoralidad

En cualquier sociedad siempre van a existir acciones que serán consideradas como inapropiadas. Algunas de ellas se van a soportar por lo que dictan las leyes y otras simplemente se consideran rudas o indeseadas sin nada que las justifique, como por ejemplos el robo, la lascivia, la traición o la malicia.

Una cosa importante que debes recordar cuando diseñas personajes inmorales: tienes que ser muy cuidadoso de no mezclar tu moral personal con la moralidad de la cultura y la época a la que tu personaje pertenece. Que ahora no esté mal andar mostrando el ombligo en la playa no significa que en la edad media fuera algo bien visto.

¿Cuándo puedes usarla como debilidad?

La inmoralidad es una debilidad complicada: se mezcla profundamente con la personalidad y además depende de la percepción. Esto dificultará la forma como los lectores van a reaccionar con ella.

 Eso sí, te ayudará a crear un personaje que los atraerá bastante ya que su existencia significa que tarde o temprano habrá algún tipo de tensión en la historia – ¿qué tal si hablamos un poco de Walter White o a Hannibal Lecter?-.

El tipo de inmoralidad que escojas para tu personaje y la forma como la desarrollas harán que tu personaje guste más o guste menos al lector.

5- Poco juicio

Los personajes con poco juicio tomarán malas decisiones continuamente. La falta de sentido común, poca planeación o un comportamiento en el que se busca el riesgo o la incapacidad de predecir la consecuencia de sus actos, son ejemplos del poco juicio que puede tener un personaje.

Quienes carecen de juicio harán cosas como salir de paseo al bosque sin una carpa, un mapa o algo de comida.

A menos que esta debilidad esté ligada a algo específico, el personaje se la pasará metiendo la pata, lo que afectará directamente el curso de la historia.

¿Cuándo puedes usarlo como debilidad?

Como dije antes, este tipo de debilidades le aportará más a la trama que al personaje como tal. Si tu personaje sufre de falta de juicio, no se va a volver un personaje tan interesante o complicado como lo haría si escogieras las otras debilidades de esta lista. Eso sí, al escogerlo tendrás la posibilidad de tomar decisiones en tu historia diferentes a los que tus lectores –o una persona normal- harían y no tendrás que romperte el coco tratando de justificarlo.

Dicho eso, es importante que desde el comienzo demuestres que el personaje tiene ese problema. Ten cuidado con la cantidad de malas decisiones que toma, ya que si abusas de ellas lo único que harás será arruinar el aprecio que tu lectores podrían tener por el personaje.

Recuerda que a la mayoría de personas nos gusta pensar que tenemos muy buenas ideas, así que nos identificarnos menos con un personaje que no hace más que cagarla.

6- Incompetencia

Hay personas que simplemente no están hechas para algo. Tal vez un aspirante a militar nunca le dé al blanco y además no tenga la suficiente fuerza o destreza para realizar los ejercicios físicos que le han puesto, o tal vez ese estudiante siempre la embarre cuando tiene que relacionarse con alguien del sexo opuesto; un gerente de una multinacional podría no ser la persona más competente en medio de la selva.

Con esta debilidad, el personaje pasará un mal rato lidiando con una o varias situaciones específicas porque no da la talla. Puede que en otros ambientes sean los mejores y nadie los supere, pero en la situación en la que se encuentran no son más que un manojo de fracaso y vergüenza.

¿Cuándo usarla como debilidad?

La incompetencia es aquello que necesitas para hacer que tu personaje se vea débil.

Un personaje incompetente es un fracaso: nadie va a poner en tela de juicio el hecho de que tiene un problema. Una vez más, una gran cantidad de incompetencia matará la simpatía de tus lectores.

La incompetencia también tiene el poder de afectar la historia. A menos que la manejes con cuidado, existe una enorme posibilidad de que el personaje no sea tomado en serio y termine convirtiéndose en el hazmerreír.

Si te esfuerzas para mantener un tono serio relacionado con este problema, la incompetencia puede estar a tu favor ya que funcionará como un obstáculo en el camino de tu personaje.

Para finalizar

Sin importar la debilidad que escojas, asegúrate de tener esto en mente:

-Haz que la debilidad sea relevante para tu historia: no obtienes nada diciendo que tu personaje teme a los osos si no va a tener que enfrentarse a alguno en algún momento –y no vale la excusa de que los evitó por su fobia-.

-Piensa cómo la decisión que tomes va a afectar la salud, las relaciones y la personalidad de tu personaje. Si no afecta ninguno de los aspectos anteriores en ningún sentido, entonces no es una debilidad.

-Haz una investigación cuidadosa sobre la debilidad que escojas. Entre más complicada sea su debilidad vas a necesitar más tacto y cuidado para desarrollarla de forma convincente.


Esperamos que este artículo te sirva para escoger las debilidades de tus personajes. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.

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Imagen: Eva Peris (vía flickr)

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