7 FORMAS DE CONSTRUIR UN GIRO ARGUMENTAL QUE TUS LECTORES NO VEAN VENIR
No hay nada como esa sensación que te deja una historia cuando te das cuenta que no todo es lo que parece. Un buen giro argumental es capaz de atrapar a tu lector con la guardia baja. Te permite sorprenderlos e impresionarlos y —claro está— aumentar los chances de que te sigan leyendo para saber más.
La clave para un buen giro es que hayas trabajando en él disimuladamente a lo largo de la historia.
Planta una que otra pista que le haga a tu lector preguntarse por qué no se dio cuenta antes. Esto es importante porque, para que tengan el impacto que deseas, los giros son algo que debes construir y no sacarte de debajo de la manga.
Si los pones por poner es muy probable que el lector deje de creerte y eso es lo peor que te puede pasar como escritor. Si tu lector te deja de creer entonces nada de lo que siga a continuación le va a interesar.
¿Cómo puedes crear un giro perfecto que sorprenda a tu lector?
1- Tómalo como un elemento de la trama
Cuando plantas pistas para tu giro asegúrate de que sirvan a la función lógica de la historia. De lo contrario tu lector se dará cuenta de lo que estás haciendo y tu esfuerzo será en vano. Si queremos sorprenderlo, lo mejor es que no esté alerta o que no lo vea venir.
2- Ofrece una alternativa creíble
Este tipo de pistas falsas pero creíbles se usan mucho en historias de misterio y thrillers —esas en las que se debe descubrir quién es el culpable—. Aparece una situación en la que varios personajes son los candidatos de algo —a veces se trata de sospechosos de un crimen—, pero solo uno está verdaderamente relacionado con eso —o es el culpable, en el caso de las historias de misterio—.
Con este tipo de giros, debes tener cuidado de no plantar evidencia contundente en el personaje incorrecto ya que muchos lectores verán tus esfuerzos e inmediatamente sabrán que estás intentando engañarlos. Esto es aún menos efectivo si el verdadero culpable da la impresión de ser el más inocente de todos.
Así que ya sabes, aprovecha esto y aplícalo a tus historias. Este tipo de giros no tienen que ser únicamente de los géneros mencionados anteriormente.
3- Inquieta al lector
A veces no necesitar construir la atmósfera para el giro de manera directa. A veces, es suficiente con azuzar un poco al lector y luego continuar como si todo estuviera bien. Cuando llegue al giro, el lector recordará esa sospecha inicial y sentirá que el resultado está justificado.
Esto es muy útil especialmente cuando presentas a un personaje que luego se transformará en el traidor o en el villano.
4-Ve un paso más allá
Una forma efectiva de hacer un giro es presentar a tu lector la idea de que algo puede pasar, luego cuando sea el momento, llevas las cosas un paso más allá.
De esta manera, le das la falsa sensación de que tiene el control antes de sorprenderlo dándole un giro al giro.
5-Tuerce un truco
Este estilo de giros funciona mejor en ese tipo de historias en las que el lector se espera lo que va a suceder. El truco está en pensar en esa situación esperada y ponerla de cabeza. Para este momento el lector habrá caído en una falsa sensación de seguridad y por esta razón, será más que probable que no vea venir al giro, especialmente si además usas otro de los giros que te estoy dando.
6- Tuerce un cliché
Este giro es parecido al punto anterior, pero a diferencia de esos trucos que hacen parte de un género en específico, éste habla de los clichés que pueden hacer parte de cualquier historia. Estoy más que segura que muchas veces has escuchado eso de evitar los clichés como la plaga —incluso, en este blog te he dado ese consejo—. Sin embargo, cuando se refiere a giros argumentales, los clichés pueden ser muy útiles porque el lector estará esperando que suceda algo, en ese momento en el que voltea los ojos y piensa para sus adentros que tu trama es predecible, lo sorprendes con un giro de eventos que no veía venir.
7- Tuerce la realidad o la perspectiva
Alicia en el país de la maravillas ayudó a que este giro fuera bastante conocido. Al final de la obra nos damos cuenta de que todas las aventuras que tuvo Alicia se trataban nada más de un sueño. Al día de hoy todavía sigue siendo un recurso muy común —aunque a mí se me hace completamente detestable—.
Hay dos tipos de giros de este estilo:
1) El giro de la perspectiva.
2) El giro de la realidad.
El giro de la perspectiva se usa mejor cuando se cuenta la historia desde la perspectiva de un solo personaje. Como lectores estamos limitados al punto de vista de esa sola persona: lo que ve o percibe es lo que cree. Esto puede crear giros muy fuertes, especialmente cuando todo lo que pensábamos hasta el momento resulta no ser verdad o hay una verdad más allá de la que conocemos.
El giro de la realidad tiene más que ver con el entorno del personaje y menos con lo que sucede dentro de su mente. Su perspectiva es sesgada en la medida en la que su entorno cambia en alguna forma. El lector cree en la perspectiva sesgada mientras que el personaje puede o puede no estar consciente de la realidad.
Nota final
Mientras que estas técnicas suelen ser bastante efectivas cuando escribes un giro argumental, combinar dos o tres te ayudará a obtener mejores resultados. Siempre recuerda que un giro argumental debe llevar al lector a algo que no se esperaba y por esta razón debes plantar pistas para que esa sorpresa sea poderosa y satisfactoria.
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