GUÍA PRÁCTICA PARA ESCRIBIR UNA TRAGEDIA
En una tragedia el personaje principal casi siempre muere, así como las personas cercanas a él o ella. Este personaje DEBE ser lastimoso con algún defecto que lo haga caer, como la rabia o el orgullo y que, finalmente, lo termina por convertir en un héroe trágico que pasa de una buena fortuna a una mala que usualmente termina en muerte. Las tragedias son, como ellas mismas lo indican, trágicas. Una buena tragedia hará que la audiencia llore y alcance la catarsis al final.
1-Lee y conserva
Lee algunas de tus tragedias clásicas favoritas. Shakespeare, Eurípides y otros autores clásicos te ayudarán a empezar, así que no hagas el intento si no estás acompañado por ellos. Siente el sentimiento de la tragedia en vez de empezar a escribir de la nada. Como la mayoría de las tragedias siguen una misma línea básica y los mismos principios (de acuerdo con Aristóteles) es bueno que tomes notas mientras lees. Trata de echarle un ojo a:
a) Unidad de tiempo: Todo debe pasar en la cantidad de tiempo que debe pasar. Por ejemplo: no hagas un salto de cinco años en la mitad de la narración.
b) Unidad de lugar: Las cosas deben pasar en un mismo escenario o en unos pocos escenarios y no andar saltando por todo el país.
c) Unidad de acción: Cada cosa que los personajes hacen deben tener un propósito y deben afectar a algún suceso posterior. Todas las coincidencias deben ser llevadas a algo más. La trama debe fluir y no ser episódica.
2- Piensa y planea
Primero decide si vas a escribir una tragedia clásica, un guión o una novela trágica. Escribe y delinea la trama. Escribe una lista de todos los personajes e incluye para cada uno un párrafo acerca de su personalidad, de cómo se ve, y de sus motivaciones. No dejes por fuera a ninguno, así solo aparezcan en un capitulo, en un acto o en una escena. Determina el escenario: ¿dónde será? ¿En qué época? ¿Qué está sucediendo en ese lugar durante esa época?
3- Escribe
Normalmente escribir novelas y obras de teatro toma un tiempo largo. No te precipites o te frustrarás y cansarás. Ponte la meta de escribir cierta cantidad por día. Algo así como entre una y tres páginas. Cuando te llegue la inspiración lo más seguro es que escribas mucho más, y cuando el bloqueo de escritor te golpee lo más seguro es que no escribas nada. Determina un tiempo todos los días en el que te sientes a escribir.
4- Reescribe
Revisar puede tomar mucho tiempo. En la medida en la que avanzas no te pongas a pensar en cómo escribirlo. En vez de eso, imagina que acabaste de comparar el libro porque parecía interesante y trágico. Léelo como si nunca lo hubieras hecho antes y cuando descubras algo que no te convence del todo. ¡No lo corrijas todavía! Cuando termines de leer la novela vuelve a cada una de tus páginas subrayadas y corrige lo que está mal. Mientras estás subrayando no olvides agregarle notas con tu opinión para que no se te olvidé qué fue lo que no te gustó.
5- Revisa y pule
Una vez termines de arreglar las partes que no te gustaban del todo, es bueno que tengas una opinión adicional. Contacta a tus amigos o a un editor profesional para que te den sus opiniones y te ayuden a hacer correcciones. Pero recuerda esto siempre: la decisión final siempre la tomas tu.
Imagen: Alejandro Erickson (vía Flickr)