Desarrolla los diálogos de tu historia

¿CÓMO DEBERÍA HABLAR MI PERSONAJE ADOLESCENTE?

Escribir diálogos es una de las partes más intrincadas para muchos escritores, y desarrollar un personaje adolescente puede ser un gran reto. Esto se debe a que la sensibilidad, los cambios de humor y los problemas propios de esa época de la vida influyen directamente en la forma poco elegante en la que se comunican entre ellos y con el resto del mundo.

Acá te dejamos unos truquitos para que tengas en cuenta en el momento de darle voz a tu personaje:

1- Investiga su jerga:

La forma en la que se expresan los adolescentes varía de acuerdo a la época. Así que tu personaje hablará de una forma u otra dependiendo del momento histórico en el que esté viviendo. Sin embargo, como con todo, es importante que moderes su uso, de lo contrario podrías pasar del realismo a la exageración y perder la esencia de la persona que quieres construir.

2- Incomodidad:

La pubertad es incómoda, así que si no está mal que tu personaje diga algo y se sienta incómodo. Si hace un comentario o una pregunta tonta, lo sabrá. Si dice algo exagerado o salido de contexto, incluso con intensiones cómicas, lo más probable es que no sepa por qué lo hizo. Recuerda que en esa edad estábamos llenos de inseguridades, y además de querer entender quiénes éramos y cuál era nuestro lugar en el mundo, queríamos la aprobación de los demás.

3- Malentendidos:

Este es un recurso que ayuda a hacer el diálogo más dinámico, pero es especialmente útil cuando hay adolescentes involucrados. Partiendo de la idea de que no todos los malentendidos se quedan sin hablar, puedes hacer que uno de tus personajes diga cosas sin sentido y el otro le haga caer en cuenta. Cuando editas, este tipo de diálogos son categorizados como innecesarios y terminan fuera. Sin embargo en un adolescente no debería ser así, ya que aportan a la construcción del personaje, al permitirnos entender cómo se siente o cómo piensa. Si hay un malentendido ten por seguro que alguno de los adolescentes lo traerá a colación en algún momento y tendrá que ser explicado.

4- Cuellos de botella:

Se usa principalmente en conversaciones de más de dos personas, en donde los participantes no se quedan pegados a un solo tema mientras conversan, e incluso pueden hablar de varias cosas en una misma frase. El tema de conversación es indefinido y por eso abordarán diferentes cuestiones mientras se comunican. Aun así, cuando escribas no abuses de este recurso y trata de limitarlo lo más que puedas o resultará en una escena muy confusa para tu lector. Los temas que uses deben hacer parte de las cosas que el lector sabe hasta el momento y que tu le has mostrado a lo largo de la historia. Por lo general este tipo de conversaciones se mueren cuando los hablantes se enfocan en un solo tema o cuando el dialogo se torna serio. Ese es el momento ideal para desarrollar al personaje o avanzar la trama.

Consejo final:

Si te cuesta trabajo escribir los diálogos, lo mejor que puedes hacer es salir a la calle con tu libreta en mano y sentarte en un bar o un parque a escuchar a conversaciones ajenas. Ponle mucha atención a las cosas que hablan, a cómo hablan y al ritmo de la charla ya que eso te ayudará mucho a la hora de escribir.

Imagen: Joris Louwes (vía Flickr)

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