Desarrolla las descripciones de tu historia

¿CÓMO PUEDO USAR LA DESCRIPCIÓN EN MI HISTORIA?

La descripción está directamente relacionada con la capacidad de observación del escritor. Generalmente se puede encontrar en el interior de una narración o de una exposición cuando es necesario que un objeto sea particularizado o cualificado. Su finalidad, en la mayoría de los casos, está en suscitar en el lector una serie de impresiones, emociones y sentimientos. Es decir, en brindar estímulos para despertar imágenes, las cuales resultarán más tangibles y concretas cuanto más intensos sean éstos. Por esta razón se puede decir que se describe no sólo a través de la vista sino de todos los sentidos.

Aunque parezca que los pasajes descriptivos no tienen mucha importancia en la historia, más allá de llenar y adornar, son necesarios tanto lógica como prácticamente ya que son los encargados de que podamos narrar y no contar. Gracias a ella podemos hablar de acciones, seres, escenarios y ambientes y lograr empatía con el lector en la medida en la que los vamos desarrollando.

Esto hace que la descripción sea parte del argumento y esté en función de él, no al revés. Cuanto más observadores seamos, mejor describiremos, porque podremos expresar mejor lo esencial de una cosa haciéndola visible y reconocible al lector con la función que nosotros queremos que cumpla en la narración. Esto es, la posibilidad de hacer ver al lector eso que queramos que vea o como herramienta para marcar el ritmo de la narración, acelerándola o desacelerándola con su utilización o no.

Clases de descripción

1- Descripción referencial enciclopédica. El objetivo es impartir conocimiento. En principio no deben presentarse figuras del discurso en esta clase de descripciones.

2-La descripción retórica-referencial. El objetivo es doble: impartir conocimiento y persuadir. Algo así como una guía turística.

3-Metonimia-metáfora. Las metáforas se construyen con cada componente individual. Del todo se pueden omitir varios elementos que tienen la posibilidad de ser comparados.

4-La metáfora sistematizada. Esta descripción constituye una gran metáfora. Los elementos que se comparan se relacionan sistemáticamente entre sí. Cada serie se construye sobre el principio de proximidad y se equilibran entre sí.

5-La metáfora metonímica. En este caso, la descripción también es una gran metáfora. Los elementos se relacionan entre sí por proximidad y componen una descripción coherente.

6-La serie de metáforas. Esta descripción se compone de una serie de metáforas que se extienden. Se adapta repetidamente, creando la impresión de que el objeto es indescriptible.

Elementos a tener en cuenta al describir

Antes pues de describir algo debemos pensar la función de esa descripción en la narración, en las características de ese algo como realidad compartida y en la manera de trasladar lo anterior a la forma lingüística. Para eso es importante tener en cuenta los siguientes elementos:

Selección

Al igual que un cuadro con demasiadas pinceladas se convierte en una mancha de colores una descripción sobrecargada puede llegar a convertir el objeto en algo invisible. Por eso es importante seleccionar qué vamos a mostrar en la narración. Para eso hay que tener en cuenta que sirvan para revelar al lector el objeto de forma que le parezca tenerlo en frente o para expresar el significado y el sentido de la propia descripción.

Es decir, la selección de elementos a describir debe comunicar al lector no sólo las características del objeto y hacerle sentir una cierta intimidad con él, sino que debe decirle algo más que sus características principales que pueden estar relacionadas con la acción, la narración, o los personajes.

Orden

Una buena selección no asegura la visibilidad de lo descrito. Debemos, pues, no sólo seleccionar los elementos sino también darles un orden que permita al lector la visión del objeto que nosotros queremos que tenga. Para ello escogeremos un determinado ángulo desde donde mirar según los objetos y los espacios, y, sobre todo, según nuestra intención. Aún en el caso de que queramos describir el caos, necesitaremos de algún orden que cree la sensación caótica.

Estado

Por último, debemos dotar a la descripción de un estado que podemos resumir en móvil o inmóvil. De esta manera algo inmóvil puede ser descrito desde un punto de vista móvil, algo inmóvil desde un punto de vista también inmóvil, o ambos elementos móviles. De nuevo, el mayor, menor o nulo carácter estático o dinámico que demos a nuestra descripción dependerá del sentido y el efecto que queramos transmitir y provocar en el lector.


Esperamos que este artículo te sirva para mejorar tus historias y mejorar tus pasajes descriptivos. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.

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Imagen: Zepfanman.com (Vía flickr)

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