8 PASOS PARA CREAR TENSIÓN EN TU HISTORIA
Entender cómo se crea la tensión en una historia es la clave para escribir historias atrapantes. Acá hay ocho pasos que te asegurarán que tu historia tiene una tensión narrativa efectiva.
1- Crea un conflicto importante para tus personajes
Cuando planees el conflicto principal de tu historia, escoge uno que importe. ¿Cuál es la meta principal de tu personaje? ¿Qué tipo de obstáculos o problemas podrá encontrar por el camino?
El conflicto puede ser tan pequeño como un disgusto entre dos personas o tan grande como la colisión de dos universos, la clave es que debe relacionarse con tu protagonista y amenazarlo.
2- Crea personajes con metas opuestas
A tus lectores les tiene que importar lo que le sucede a tus personajes, y para eso tienes que crear empatía y conexión.
Sin embargo, los personajes con lo que no nos sentimos identificados todo el tiempo son también intrigantes. Puedes seguir haciendo que el lector se preocupe por ese personaje haciéndolo interesante y atrapante.
Una forma de hacerlo es dándole metas opuestas. Es decir, el conflicto se contrapone a los deseos o metas que tiene el personaje, haciéndolo chocar constantemente contra él.
3- Aumenta las apuestas
Para que tu narración tenga tensión y suspenso, tu protagonista debe intentarlo y fallar varias veces. O, si logra tener éxito en su primer intento, enfrentarse a consecuencias inesperadas.
Tienes muchas formas de estructurar tu novela para asegurarte de que tienes momentos en los que el conflicto y la tensión se hacen más fuertes, una de ellas es la regla de los tres. La regla de los tres dice que en total tu personaje debe hacer tres intentos para conseguir lo que quiere, dos en los que falla y el último en el que tiene éxito.
Cuando estás planeando tu historia trata de crear dos situaciones en las que tu personaje falle (y sus consecuencias) y un evento en el que todo salga como esperaban.
Esta regla es un simple recordatorio de que el éxito es normalmente difícil de alcanzar y necesitará de perseverancia.
4- Deja que la tensión decaiga y fluya
Es posible que estés tentado a mantener un flujo contaste de situaciones emocionantes y llenas de acción con el fin de asegurar de que el interés de tus lectores no decaiga nunca. Sin embargo, los momentos tranquilos y periodos de calma son necesarios.
A partir de ellos puedes desarrollar mejor a tu personaje o a tu mundo, trabajar en la empatía y la conexión de tu protagonista con el lector.
Además, es a partir de estos momentos de calma, que las situaciones emocionantes adquieren valor.
5- Mantén al lector haciéndose preguntas
¿Cómo mantienes a tu lector haciéndose preguntas en los momentos más lentos de tu historia (es decir, cuando no hay acción que lo tenga mordiéndose las uñas)?
Una forma es creando personajes que sean interesantes incluso cuando su vida no esté en riesgo.
6- Crea conflicto externo e interno
La tensión es más interesante y variada cuando intervienen fuerzas exteriores e interiores en tu personaje.
El conflicto externo es aquel que está por fuera de tu personaje. Como puede ser un adversario, una guerra, un problema climático, etc. El conflicto interno se refiere a las luchas personales de tu personaje. Acá entran decisiones difíciles que atentan contra sus creencias o su moral, vulnerabilidades, traumas o debilidades.
En ocasiones, estos dos tipos de tensión se ven reflejados mutuamente: un personaje que debe enfrentarse a una guerra puede tener que tomar decisiones en contra de su moral o experimentar situaciones traumáticas que lo persigan después y que deba afrontar.
7- Crea fuentes secundarias de tensión
Es común que hagas malabares entre varias fuentes de tensión y obstáculos al mismo tiempo. La protagonista de tu novela de romance podría tener que lidiar con una ruptura amorosa y al mismo tiempo un despido, por ejemplo.
Piensa en tu vida y en la de las personas que conoces. Recuerda los momentos en los que tú o alguien querido ha tenido una mala racha que le ha hecho enfrentarse a varias situaciones dolorosas o tensionantes una detrás de otra. Piensa en tus problemas personales. Todos nos enfrentamos a varios conflictos provenientes de múltiples fuentes de tensión más seguido de lo que crees, y con tus personajes no debería ser diferente.
8- Haz que tu historia se desarrolle en un corto periodo de tiempo
Este tipo de desarrollos no funcionan para todas las historias pero, si de casualidad en la tuya sí, recuerda que una historia que se desarrolla en un corto periodo de tiempo te obliga a presentar eventos concretos de una manera más rápida cuya resolución se hace más urgente, y eso agrega tensión a una obra.
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