DESHAZTE DE LO QUE NO FUNCIONA CON ESTA GUÍA DE EDICIÓN
Cuando editamos nuestras historias tenemos que deshacernos de aquello que no funciona así sea algo –o alguien- que amamos. Es inevitable si quieres que tu obra sea de calidad y es una de las dificultades de ser escritor.
Para mejorar tu historia es importante que encuentres y elimines lo que sientes que no funciona en tu escrito y desarrolles eso que al leer parece forzado. Aunque es fácil de decir, muchas veces esas decisiones son duras y difíciles de tomar -y más difícil aún puede ser saber por dónde empezar esta poda-.
Pero no te preocupes, para eso estamos. Esto es lo que deberías hacer para deshacerte de lo que no funciona en tu historia:
-Una aclaración antes de empezar: cuando te digo deshacerte de lo que no funciona en tu historia no es que lo borres completamente de la faz de la tierra ni que te olvides que alguna vez lo escribiste, no. Puedes pasarlo a un documento alternativo y usarlo más adelante en alguna otra de tus obras. Aunque o pertenezcan a la historia en la que éstas trabajando en este momento no quiere decir que no sirvan, verás cómo en algún momento encontrarán su hogar entre las páginas de alguno de tus proyectos futuros.-
Con eso en mente te recuerdo que aunque sepas que luego los vas a volver a utilizar, reconocer y deshacerte de eso que no sirve va a seguir siendo difícil, así que prepara tu pañuelo. Si ya estás listo, continuemos.
Editar tiene una regla de oro y es de la que vamos a hablar hoy:
Haz que cada palabra valga
¿Pero qué es eso de que cada palabra valga?
Imagina leer una página y media que te hable sobre la descripción de un teléfono. Si lo que lees es un montón de palabras puestas en secuencia solo para cumplir una cuota de caracteres, te diré que es lo más aburrido del mundo, pero si por el contrario cuando lees te das cuenta que cada palabra que se usó está llena de significado sentirás que no perdiste tu tiempo y que aprendiste algo nuevo.
Nunca escuches a quien te aconseja recortar un dialogo o una descripción porque son largos. Muchos clásicos de la literatura tienen descripciones largas y eso no los hace malos –de hecho, son clásicos por algo-.
Lo que tienes que buscar cuando editas es que aquello que está escrito diga algo. Si revisas con cuidado, te darás cuenta que muchas veces escribimos descripciones que en verdad no van. No hay razón para describir a tus personajes caminando o lavando los platos, a menos, claro, que haya algo importante que nos quieras mostrar y que sea algo que aporte a la historia.
No pienses que tienes que describir cada cosa que aparece en tu historia, el peor error que puedes cometer es abusar de este recurso para llenar una cierta cantidad de páginas porque no tienes más cosas que decir en tu historia. Si ese es tu caso, además de recomendarte que te tomes tu tiempo y te pases por nuestros otros artículos –o por blogs como el de memo o valeriam– piensa en que puedes llenar esos espacios escribiendo situaciones que contribuyan a tu trama.
La descripción es un arte que cada escritor está en proceso de dominar. Todos, incluso los famosos. Mientras recorres ese camino ten presente lo siguiente:
1-Muchas palabras que significan lo mismo
Mientras tratas de establecer la escena o el estado de ánimo es muy normal que tu primer borrador esté lleno de adjetivos que sobran. Si describes un lugar como oscuro, deprimente y melancólico en un mismo párrafo, lo más probable es que solo necesites una palabra que marque el ambiente y que aún no conoces.
Toma tu tiempo para encontrar esa palabra justa y elimina las que sobran.
2-Muchas palabras para las apariencias
Describir a tus personajes es importante, pero es un área en el que los escritores tienden a dar más importancia de la que en verdad tiene. Ciertos géneros necesitan que describas cosas como el atuendo del asesino o cualquier cambio nuevo en el cabello de tu personaje principal, pero la mayoría de las historias pueden prescindir de esta información. Lo mejor es que solo nos cuentes los detalles más importantes de cada personaje y el resto se lo dejes a nuestra imaginación, especialmente si se trata de un personaje que no vamos a volver a ver más.
3- Frases aburridas
Cuando editas tu manuscrito ya terminado es muy común que te encuentres con frases que te causaran problemas por el hecho de que son muy aburridas de leer. En ese caso tienes dos opciones: eliminar o reescribir. Como en el primer punto, si puedes usar una palabra para deshacerte de tres, hazlo. Limpiar las frases para hacerlas más cortas y efectivas te ayudará mucho.
4- No hay suficientes palabras
Como ya dije antes: la descripción es difícil y una de las cosas que a veces no podemos evitar describir son los lugares. Si sientes que no tienes las palabras suficientes para describir dónde están desarrollándose los hechos de tu novela recuerda que internet puede ser tu mejor amigo. Google Street View te puede dar una imagen de calles, casas o negocios para que tengas como dar vida a tu locación. Mira fotos y pregúntale todo lo que puedas a la gente que vive ahí. Basa tus lugares ficticios en algún lugar que ya existe.
Esperamos que con este artículo te sirva para mejorar tus descripciones. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.
Si nos faltó algo, ayúdanos a completarlo. ¡Nos encanta escuchar tus anécdotas!
Imagen:Campaign Bootcamp (vía flickr)