Consejos para que edites tu historia

4 ERRORES COMUNES DE LOS ESCRITORES PRINCIPIANTES (Y CÓMO SOLUCIONARLOS)

Todos los escritores somos únicos, eso no se puede discutir.

Sin embargo a pesar de lo diferentes que podemos llegar a ser como personas y como escritores, los errores de quienes comienzan con esto de la escritura no son tan únicos como se podría esperar.

Es más, hay errores tan comunes que se puede hacer una lista con ellos ―como la que voy a hacer a continuación―.

Así que si eres un escritor principiante no dejes de leer este artículo para conocer en qué podrías estar fallando y cómo lo puedes mejorar.

¿Cuáles son los errores más comunes de los escritores principiantes?

1- Exceso de palabras

A veces, los escritores principiantes se exceden en la elección de palabras para su texto y terminan describiendo de más, explicando de más o usando un lenguaje redundante.

Quienes trabajamos con manuscritos vemos este tipo de errores todo el tiempo.

El escritor quiere demostrar un buen dominio de la lengua y lo que termina haciendo es llenando su trabajo de adjetivos y adverbios que le restan calidad.

¿Cómo lo puedes mejorar?

Revisa tu manuscrito en busca de todas las palabras innecesarias que tengas. Si quieres embellecer tu obra enfócate más en los verbos y en los sustantivos que en los adverbios y los adjetivos.

Encuentra la palabra más indicada para expresar lo que quieres decir.

2- Contar en vez de mostrar

Sí, lo sé.

Me la paso hablando de eso y ya sueno a lora mojada, qué se le va a hacer.

Sin embargo si insisto en «mostrar» en vez de «contar» es porque es importante.

Cuando cuentas se siente, básicamente, como si estuvieras haciendo un resumen de tu historia. Es una sucesión de verbos robóticos que no le dan espacio al lector para que imagine o sienta lo que debería estar sintiendo tu personaje.

En pocas palabras, no estás dejando espacio para la conexión y la imaginación.

Para que lo entiendas mejor, te voy a dar un ejemplo con mi propia obra:

Si yo fuera a contar diría: «Ferreti exorciza a Benedetto».

Pero eso no dice nada ni le mueve ninguna fibra a mi lector. Si quiero crear una conexión con quien me lee y convencerlo de la importancia de esa escena, tengo que mostrarle el exorcismo, en qué consiste y cómo se sienten los personajes. Es mucho más impactante.

Acá va:

«Él suda y arruga el rostro con expresión de dolor, agita las piernas frenéticamente. Los otros dos diáconos se apresuran a sostener las extremidades inferiores del muchacho para evitar cualquier daño que pudiera causarse a sí mismo o a la mujer.

─Libera a Benedetto ─ordena Ferreti.

El cuerpo de Benedetto se rebela aún con más fuerza; su torso se retuerce. La monja regordeta se encarga de que no lastime su cabeza, mientras tanto, otra sostiene un recipiente por si el joven escupe o vomita, pero solo suelta gases. El ambiente se carga como si se tratase de una nube de tormenta; el aire se enrarece. Benedetto cierra con fuerza los ojos y permanece así durante un momento hasta que decide usar el padrenuestro para deshacerse de aquello que lo oprime por dentro. Lo repite tres veces o tal vez cuatro, está tan frenético que casi no se pueden distinguir las palabras que usa. Finalmente, lanza un grito y se relaja de a poco.

Respira con fuerza tratando de llenar nuevamente de aire sus pulmones.

Ahora su cuerpo yace flácido sobre la camilla, ya no es necesario que lo sostengan para impedir sus movimientos.

Todo ha terminado por esta ocasión».

Diferente ¿verdad?

¿Cómo lo puedes mejorar?

Revisa tu manuscrito en busca de todos esos momentos en los que podrías haber trabajado más y desarróllalos. Piensa que los diálogos pueden volverse tus aliados ya que te ayudan a mover la historia, agregar tensión entre los personajes y brindarle información al lector.

3- Una enorme lista de descripciones

Un personaje entra en escena e inmediatamente empiezan las descripciones de pies a cabeza: color de cabello, de ojos, si usa gafas, los zapatos, el pantalón, la blusa, etc.

Pero la cosa no termina ahí: mientras esté en escena, el autor no dejará de referirse a él como «el pelirrojo» sin importar que los lectores ya sabemos que su nombre es Juan.

Como te puedes imaginar, este error espanta inmediatamente a quien te lee.

¿Cómo lo puedes mejorar?

Es mucho más efectivo describir un personaje a través de su comportamiento, sus acciones, su lenguaje corporal o sus diálogos. No tienes que contarlo todo sobre él de un topetón, administra la información y ve dándola a medida que avanza la escena.

4- Saltar de cabeza en cabeza

Estás leyendo una historia. El capítulo comienza mostrándote un personaje y siguiéndolo. Hasta ahí todo va bien, te empiezas a meter la escena y a emocionarte por lo que sucede cuando, de pronto, el personaje que sigues cambia su forma de hablar, de pensar y hasta de sexo.

Quedas perdido, no entiendes que pasa. Tal vez esa historia no es tan buena después de todo.

¿Qué haces?

Cierras el libro y te pones a ver televisión. Finalmente esa novela coreana de netflix está buenísima y prefieres pasar el resto de la tarde viéndola que leyendo esa historia tan confusa.

Así es como se siente tu lector cuando se encuentra con que en tu historia te da por saltar de cabeza en cabeza.

¿Cómo lo puedes mejorar?

Decide qué narrador vas a usar y apégate a él durante toda la historia. Si de casualidad elegiste un narrador en tercera persona y omnisciente, entonces escoge el punto de vista de un personaje y quédate con él un capítulo entero. Nada de cambiar de cabezas. Si quisieras mostrar el punto de vista de otro personaje, puedes hacerlo. Pero en otro capítulo.

Lo mismo sucede con la primera persona.

Bonus 1: Errores en la trama

Tu trama es la base de tu obra, sin una trama no tienes una historia que contar.

Pensar en «errores en la trama» puede abarcar mucho ya que puede referirse a cualquier cosa desde un inicio débil, una mitad aburrida y sin sentido, un ritmo mal manejado, ganchos mal puestos o detalles poco creíbles, hasta, bueno, un final que deja mucho que esperar o un conflicto mal definido.

Cualquier cosa relacionada con tu historia y la manera como la desarrollas puede entrar dentro de la categoría «errores en la trama».

Para eso, no hay mejor remedio que tener una estructura, haber planeado tu historia de antemano o, como mínimo, tener una línea de tiempo que te ayude a guiarte.

Bonus 2: Poca ―o nada de― edición.

Una trampa común en la que tienden a caer los nuevos escritores es pensar que editar su escritura es tan fácil como releer en busca de errores ortográficos, y listo.

Desgraciadamente la edición requiere de mucho más detalle que eso.

Una de las cosas más importantes que debes tener cuando editas es paciencia.

Tienes que prepararte a ti mismo para la posibilidad de cortar grandes cantidades de texto o, incluso, de reescribir una gran parte de ―por no decir toda― tu historia.


Esperamos que este artículo te sirva para que puedas mejorar tu obra. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.

Si nos faltó algo, ayúdanos a completarlo. ¡Nos encanta escuchar tus anécdotas!

Imagen: Pexels

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *