LO BUENO Y LO MALO DE LOS PERSONAJES BASADOS EN EL ESCRITOR
Como escritores, a veces no nos resistimos a la tentación de poner algo de nosotros en nuestros personajes. Tal vez sea su apariencia, sus temores, sus sueños o sus experiencias, siempre hay algo de nuestras vidas que sentimos que le vendría bien a cierto personaje para desarrollarlo.
¿Por qué crees que sucede eso?
Uno de los consejos de escritura más antiguos que he escuchado es: «escribe sobre aquello que conoces», y ¿a quién puedes conocer mejor que a ti mismo?
En diferentes foros y cursos sobre creación de personajes he conocido diferentes técnicas para crear y desarrollar personajes: existen todo tipo de teorías, de tablas y de ayudas para que puedas darle vida y hacerlo trascender más allá del texto, haciéndolo único e inolvidable.
Pero a veces, lo único que necesita tu personaje es que le des un poco de ti. Y tú, como escritor, te darás cuenta de que es más fácil escribir sobre aquello que ya conoces que sobre algo de lo que ignoras.
Si le temes a las alturas, te será más fácil mostrarnos qué tipo de sensaciones te produce caminar sobre un puente, ir al piso más alto de un edificio o la forma en la que este miedo influye en tu vida diaria.
Todo muy bien hasta ahí, pero ¿cómo puede afectar esto a tu historia?
Como todo, es algo que necesitas pensar bien y desarrollar de la mejor manera para que no termines metiendo la pata y creando un monstruo – me refiero a ti- junto con tu obra.
Acá te contamos lo bueno y lo malo de poner un poco de ti en tus personajes para que lo consideres para tu próxima historia. No está de más decir que en este blog nos parece una buena práctica que enriquecerá tu trabajo de formas que no podrías lograr si no conocieras de primera mano eso que le estás regalando.
Lo bueno
1-Compartir las experiencias negativas de tu vida con tus personajes puede ser terapéutico:
Si no tienes nadie con quien hablar cuando estás en problemas o si has tenido problemas de los que sientes que no quieres hablar con alguien en concreto, escribir tus experiencias negativas como parte de la vida de tus personajes te ayudará a encontrar una salida y a desahogarte.
También te permitirá a ver tu situación con otros ojos ya que la estarás proyectando en alguien más.
2-Compartir las experiencias positivas de tu vida con tus personajes puede ser terapéutico:
Las razones son las mismas que las anteriores. Aunque, al ser positivas, se podrían tomar más como una forma de compartir esas buenas experiencias con los demás que como una forma de sacar a la luz esos demonios existenciales que te acosan.
3-Compartir tus rasgos es inevitable:
Sin importar si se trata de tus vicios, tus virtudes, tus gustos, tus inseguridades, tus fobias o tu forma de ver el mundo, algunos de tus personajes van a terminar compartiendo estos rasgos contigo así no te des cuenta.
Es más fácil que tu personaje tema a lo mismo que tú y lo desarrolles de forma convincente a que hables de algo que nunca te ha causado temor y que además para ti no tiene sentido.
4-Sirve como base:
Si estás empezando a escribir es posible que tengas algunos problemas al crear a tus personajes. Una de las mejores formas de salir de este mal rato es usar alguno de tus rasgos como base para crear a tu personaje desde ahí.
Puede ser alguna de tus experiencias como parte de su historia de vida o tal vez algún aspecto de tu personalidad. Como las circunstancias de tu historia son diferentes a la de tu vida cotidiana, te darás cuenta que poco a poco empezaras a desarrollarlo a partir de ahí.
Cuando termine la historia y tu personaje haya cambiado, vas a ver que ya no serán tan parecidos.
Lo malo
1-Idealización:
Uno de los más grandes problemas de tener un personaje basado en el autor es que a veces se vuelve una versión idealizada de ti. Si no tienes cuidado, terminará por volverse un personaje estático, plano y aburrido.
Para evitar esto trata que tu personaje no sea exactamente igual a ti, es necesario que existan diferencias entre ambos.
2-Reacción negativa a las críticas:
Aunque el personaje esté basado en ti, no eres él.
No te tomes muy a pecho las cosas malas que puedan decir ya que están hablando de un personaje de ficción y no de ti.
Recuerda que no es un ataque directo a tu persona.
3-Similitud:
Si creas muchos personajes basados en ti, trata de que no se sientan tan parecidos entre ellos.
Necesitas darles personalidades y voces diferentes para que no dé la impresión de que todos son sacados de la misma plantilla. No hay nada más aburrido que leer una historia y sentir que todos los personajes son el mismo y hablan igual.
Esperamos que este artículo te sirva cuando quieras escribir personajes basados en ti. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.
Si nos faltó algo, ayúdanos a completarlo. ¡Nos encanta escuchar tus anécdotas!
Imagen:nandinhazinha (vía flickr)