Como escritores gastamos mucho tiempo y esfuerzo haciendo que nuestras historias sean lo mejor que puedan llegar a ser y, lastimosamente, todo ese trabajo duro que hacemos nos genera cierta intimidad con nuestros trabajos hasta el punto en que cualquier cosa que se diga de ellos la terminamos tomando como un ataque personal.

La retroalimentación (y las críticas) pueden venir de muchas formas: por medio de nuestros lectores beta, colegas, familiares e incluso editores. Aunque sabemos que la mayor parte de esa retroalimentación nos permite enriquecer y mejorar nuestro trabajo, la verdad es que se trata de un proceso aterrador. Incluso, cuando se tiene la mejor actitud del mundo, las críticas pueden doler.

Entonces, ¿cómo podemos recibir estas ayudas tan beneficiosas para nuestra obra sin que nos hagan sentir mal?

Aprende a manejar las críticas como escritor

1- El ego es un mal consejero

Todo el mundo tiene el derecho de dar su opinión sobre una obra publicada sin importar si esta opinión es buena o mala. Sin embargo, cuando se trata de una crítica solicitada (como es el caso de un lector beta o un editor) esa retroalimentación está ahí para ayudarte a mejorar en vez de echarte para abajo.

En otras palabras: una opinión solicitada debe siempre ser constructiva en vez de destructiva.

Tu editor o tu lector beta está ahí para ayudarte a enriquecer tu obra y por esta razón la retroalimentación no debe ser destructiva y si lo llega a ser, en este punto de tu proceso, hablaría más del tipo de persona a quien acudiste que de ti y tu trabajo.

2- Ten el estado mental adecuado

Es más probable que te sientas herido por una crítica constructiva cuando estés cansado, ansioso o estresado. Lo mejor que puedes hacer es asegurarte de que estás en buen estado mental antes de leer lo que sea que te hayan escrito, no importa si tienes que tomarte un tiempo antes de hacerlo y no lo lees inmediatamente lo recibes.

3- Se gentil contigo mismo

Para que tengas una buena experiencia con este proceso que necesitas en tu obra debes ser gentil contigo mismo. No debes esperar ser capaz de leer un texto larguísimo en el que se señalan tus errores y no tener ni una sola experiencia negativa. Eres humano y es natural que te duelan estas críticas.

En vez de enfocarte en estas emociones o tratar de reprimirlas, permítete sentirlas pasajeramente y recuérdate a ti mismo que no te definen.

4- Permítete procesar la retroalimentación

Lo más normal es que tengas la necesidad de hablar con la persona que hizo tu crítica y explicarte. No lo hagas. Detente. Tampoco empieces a hacer cambios en tu obra. Date al menos un día (yo recomendaría una semana) para procesar eso que te acaban de decir.

Cuando dejas que tus emociones se reposen, te será más fácil escuchar eso que te están diciendo y determinar cuáles sugerencias vas a aceptar y cuales definitivamente no.

5- No tengas miedo de hacer preguntas

Luego de que dejes reposar esa retroalimentación es muy sano que contactes a la persona que la hizo y le hagas preguntas si sientes que debes hacerlo. Tal vez te sientas un poco vulnerable al comienzo, pero es muy normal. Recuerda que tu editor o tu lector beta están ahí para ayudarte y, si no entiendes muy bien el consejo que te quisieron dar, será muy difícil que lo puedas implementar.

6- Respeta tu intuición

Recuerda que no tienes que hacer todos y cada uno de los cambios que te sugieren. La retroalimentación que te da tu lector beta nace de sus gustos y sus lecturas, la de un editor de su conocimiento del mercado y experiencia profesional, pero eso no quiere decir que debas aceptar lo que dicen como palabra de santo.

Si sientes que un cambio daña la esencia de tu obra o si te hace sentir incómodo, no lo hagas. Finalmente quien conoce la obra y sabe qué es lo que quiere expresar, eres tú.

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