5 PROBLEMAS QUE PUEDEN TENER TUS HISTORIAS Y CÓMO ARREGLARLOS
Ya te hemos dicho miles de veces que terminar de escribir una novela es solo el comienzo, ya que luego deberás releerla y pulirla para que puedas entregar a tus lectores una obra de calidad.
En el artículo de hoy te hablaré de cinco problemas que son muy comunes en las obras de alguien que empieza y cómo puedes solucionarlos.
¿Te sientes identificado con alguno de ellos?
¿Cuáles son los problemas que podría estar teniendo tu obra?
1- La historia es predecible
Uno de los problemas más básicos que hay es que la trama sea predecible o poco sorpresiva.
Puede ser porque los motivos del antagonista no están bien desarrollados o puede ser porque tu obra carece de algún tipo de estructura narrativa que lleve la historia hacia algún lado. También es posible que estés poniendo los giros argumentales muy temprano en tu obra y luego no logres mantener la expectativa del lector a la altura que le habías prometido que estaría.
¿Cómo puedes solucionar una historia predecible?
Lo primero que necesitarás será establecer un conflicto y una estructura para tu obra, eso te ayudará a llenar los vacíos de tu trama y te permitirá conocer cuáles son los puntos importantes y los principales giros argumentales de tu obra y dónde irían. Luego, trabaja en el arco de tus personajes con el fin de demostrar su desarrollo y sus conflictos internos a lo largo de la obra.
2- Hay mucha (o muy poca) acción
Cuando escribes historias de ficción puede ser muy tentador llenarlas con escenas de acción y suspenso en las que tus personajes estén al borde del colapso todo el tiempo o, por el contrario, cuando construimos mundos imaginarios, nos dan ganas de llenar un capitulo tras otro mostrando su funcionamiento con el fin de que el lector conozca hasta el mínimo detalle.
¿Cómo solucionarlo?
Una buena historia tiene un balance sano entre escenas de acción y escenas de reacción (en las que sucede el desarrollo de tus personajes o la exposición).
Si hay mucha acción cansarás al lector y si hay muy poca lo aburrirás. Una vez más, conocer las estructuras narrativas te servirá mucho para esto.
3- La trama es muy complicada
Una buena historia se puede echar a perder por culpa del uso excesivo de personajes secundarios, subtramas y giros argumentales que confundan a tus lectores.
¿Cómo solucionarlo?
Antes de que agregues un nuevo personaje o una nueva subtrama a tu historia es importante qué te preguntes cuál es su propósito en tu obra. ¿El nuevo personaje sirve como un punto de visto adicional y necesario para la trama? ¿La subtrama extra te ayudará a que tu personaje desarrolle su conflicto interno?
Si te das cuenta de que nada de eso es necesario sino que están ahí para aumentar el conteo de palabras, entonces tienes elementos que están sobrando y, en vez de aportar, están quitando calidad a tu trabajo.
Cuando escribas es importante que sepas que todo lo que agregas es absolutamente necesario y juega un papel importante para el desarrollo de tu obra.
4- Las decisiones de tus personajes no tienen lógica interna
¿Cómo solucionarlo?
Cada vez que un personaje toma una decisión, el lector debe ser capaz de entender la lógica detrás de ella y para es, el personaje debe tener una meta que sirva para justificar su forma de actuar o reaccionar.
Si pones a tu personaje a tomar decisiones irracionales solo por que necesitas mover la trama y hacer la historia interesante, entonces tienes un problema, ya que hará que la historia se sienta falsa y frustrante.
Cuando te encuentres frente a un giro argumental ponte en los zapatos de tu personaje e intenta entender la situación por la que está pasando teniendo en cuenta quién es y su pasado y piensa cómo reaccionaría alguien así (nunca pienses cómo reaccionarías tú). Si se te dificulta hacerlo, entonces tienes que trabajar mucho más en la construcción de tu personaje o basarlo en alguien que conozcas, como un amigo o familiar, y hacerle preguntas sobre lo que haría en un caso similar.
5- Final insatisfactorio
No hay nada que dañé más rápido una buena historia que un mal final. Hay muchísimas razones por las que la conclusión de tu obra puede ser insatisfactoria. ¿El final es muy predecible o abrupto? ¿Es confuso? ¿No solucionó nada de lo que planteó al comienzo? ¿Es ilógico?
¿Cómo solucionarlo?
Lee y analiza lo que lees. Ve a esas novelas que amaste y cuyo final te sorprendió tanto que tuvo a la obra en tu cabeza por días y días, léelos y analiza qué es lo que los hace efectivos. La mayoría de las veces te darás cuenta de que si tu final es insatisfactorio el problema no está en cómo terminas tu obra sino más allá, en la construcción que tuviste a lo largo de ella.
Incluso si tienes que volver sobre tus pasos al inicio de la obra, debes hacer el trabajo necesario para asegurarte de llenar las expectativas de tu lector, basándote en lo que le prometiste que le darías.
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