¿QUÉ HACE HORROROSO AL HORROR?
Especial de Halloween
A lo largo de los años hemos desarrollado un amplio rango de historias de terror y motivos: El horror puede ser debido a cosas que nunca podrían pasar en nuestro mundo, como una invasión de monstruos, cosas que podrían pasar, como un meteorito chocando contra la tierra, o cosas que suceden en verdad, como los asesinatos en serie.
Cada tipo de horror juega con diferentes miedos, y los más efectivos son aquellos que apelan a nuestros instintos más primitivos. A continuación veremos los motivos comunes que se pueden encontrar en las historias de horror:
ELEMENTOS DE AUSENCIA
Estos motivos crean angustia al arrebatarnos las cosas de las que normalmente dependemos. Perturban nuestros preconceptos, nuestro sentido de seguridad y confort y la forma en la que normalmente el mundo funciona. Cambian aquello que nos es familiar y lo transforman en algo que no conocemos. Y es en este no saber a qué aferrarnos que se crean los sentimientos de angustia.
1- Lo desconocido: Este el miedo primario ya que contiene el resto de elementos. Cualquier cosa puede pasar, cualquiera puede emerger de la oscuridad. En el mundo real hay ciertas guías que nos ayudan a predecir eventos, en la ficción por lo general esas reglas ya no existen. Lo desconocido pasa a ser algo sin límites en cuanto a potencial y en cuanto a amenaza. Cualquier cosa conocida o imaginaria puede emerger de lo desconocido, por esta razón es que atrapa nuestra atención como espectadores.
2-Lo inesperado: De lo desconocido aparece lo inesperado. Cuando algo rompe con nuestras expectativas lo normal es que nos sintamos conmocionados y angustiados. Incluso si sacamos el primer impacto que nos pueda causar, las criaturas sobrenaturales o imaginarias nos hacen sentir incomodos, debido a que en un nivel profundo e instintivo percibimos que están mal. Lo absurdo nos confunde. No nos gusta lidiar con cosas que se salgan de lo normal. Buscamos soluciones, explicaciones razonables. Cualquier cosa que nos ayude a anclarnos a la realidad.
3- Lo increíble: Tenemos el mal hábito de descartar todo aquello que no entra en nuestra definición de realidad. Tememos estar en una situación que nos haga cuestionar aquello que configura nuestro mundo. No queremos que nuestra sanidad mental se ponga en discusión.
4- Lo no visto: La sangre y las tripas nos llaman la atención porque precisamente, en un mundo normal, nunca las vemos. Solamente se hacen visibles cuando algo sale realmente mal. Otro ejemplo de cosas no vistas podría incluir manuscritos antiguos, artefactos o creaturas que aparecen por primera vez. Cuando algo nuevo y extraño entra en escena, no somos capaces de quitarle el ojo. Nuestra propia curiosidad se apodera de nosotros intentando descifrar aquello que no comprendemos.
5-Lo inconsciente: Los mundos internos nos atraen porque no podemos ni controlarlos ni escapar de sus efectos. Todos hemos sido presas de urgencias de nuestro subconsciente, y no todas han sido muy bonitas. Por esta razón nos tememos a nosotros mismos y tememos a los otros. Nos asusta no saber en qué momento pueden ceder a sus deseos más viles. Pero al mismo tiempo tenemos la necesidad de explorar esas extrañas regiones que hacen parte de nosotros mismos sin importar cuantas veces tratemos de esconderlas o eliminarlas.
6-Lo imparable: Aquellas fuerzas que son muy poderosas para hacerles frente se asocian con la muerte. Y si hay algo a lo que todos tememos es a la muerte. Cuando nos encontramos ante algo que no podemos parar tememos por nuestras vidas.
ELEMENTOS DE PRESENCIA
Estos motivos son intrusos en nuestra zona de confort. Atacan nuestra confianza, nuestros sentimientos de autosuficiencia y nuestra dignidad. Nos molestan con el solo hecho de existir.
1-Indenfensa: No hay nada que se sienta peor que la imposibilidad de luchar por ti mismo. Todos nos hemos sentido indefensos en algún momento de nuestras vidas, por esta razón, este motivo nos mueve algo en el interior. Con el fin de atrapar la atención de espectador, en la mayoría de las obras de ficción el protagonista tiene la habilidad de actuar, reaccionar y cambiar aquello que le sucede. En el horror, en cambio, la atención te la ganas cuando tu protagonista no tiene la menor posibilidad de hacerlo.
2-Urgencia: Cuando no puedes hacer algo que deberías hacer. Este es el conflicto central de la mayoría de historias de horror. Estar indefenso contrasta con la necesidad desesperante y dolorosa de hacer algo. El precio del fracaso es siempre astronómico: la muerte de un ser querido, la destrucción del mundo. Los personajes no pueden simplemente salir caminando como si nada, y en su urgencia nos arrastran a nosotros con ellos.
3-Presión: ¡Ah! ¡El suspenso! Si quieres tener éxito con las historias de terror, es indispensable que domines esta técnica. Cuando aumentas gradualmente la tensión también aumentas la necesidad de que algo suceda.
4- Intensidad: Con el peligro viene la precaución. La atención a los detalles se aumenta, y con ella las emociones negativas y positivas que se puedan producir. Los sentidos registran más cosas de lo usual. El mundo se vuelve más inmediato, más real.
5- Ritmo: La combinación de los elementos anteriores ayudan a que la tensión aumente y disminuya. Y créeme cuando te digo que no hay nada que mantenga a tus espectadores más pegados a su sillón que la forma como manejes el ritmo.
6- Liberación: Toda historia tiene un final. En el horror podemos observar como el mundo vuelve a la normalidad o como se destruye más allá de lo que podemos imaginar. Lo incierto nos mantiene pegados a la historia esperando conocer la solución. Tanto la redención como el desastre nos dan una sensación de cierre que pocas veces encontramos fuera de la ficción. Nos permite pasar la página y dejar que la historia termine.
Esperamos que con este artículo hayas aprendido qué es lo que hace horroroso al horror y lo puedas aplicar a tu historia. Si te sirvió la información, alegra nuestro día con un ‘like’. No olvides seguirnos en redes sociales para tener más consejos de escritura y ayudas para escritores.
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Imagen: hans van den berg (vía flickr)
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