TENGO UN PERSONAJE PERO NO UNA TRAMA ¿QUÉ HAGO?
Cierra los ojos e imaginemos un momento a tu personaje. Ahí está, glorioso y nuevo. Una aparición de cuerpo completo parada frente a ti. Ahora, veamos quién es en realidad, así que empecemos a hacer preguntas:
Las primeras son las superficiales y las más comunes ¿quién eres? ¿De dónde eres? ¿Qué estás haciendo ahora? Poco a poco adentrémonos en las profundidades de tu personaje ¿qué quieres? ¿A dónde vas? ¿Para qué eres bueno? Hasta llegar al fondo ¿A qué le temes? ¿Cuáles son tus fracasos? ¿Qué cosas detestas?
Con esas preguntas, puedes aprender un poco más de tu personaje y adquieres material que te puede ayudar a darle forma a tu trama.
También considera usar el método MOTE para descubrir mejor a tu personaje y con eso crear una historia.
Metas:
¿Qué quiere tu personaje? Intenta pensarlo de las dos formas: abstracta y concreta. ¿Hay algo o alguien que tu personaje busque? ¿O alguna cosa que tu personaje quiere que suceda? Si la idea que tienes de tu personaje hasta el momento no contemplaba una meta en la que trabajar, es necesario que te tomes un momento para pensar. ¿Qué sabes de tu personaje y qué cosas tiene sentido que desee? Si tu personaje es un pirata lo más probable es que busque un buen botín. ¿Qué tipo de botín? ¿Por qué? Si tu personaje es un niño adoptado es posible que esté buscando a algún padre, un hermano, un hogar.
Obstáculos:
Toma la meta que acabas de ponerle a tu personaje y considera algunos problemas que deba superar para lograrlo. Podrían ser fallas personales que se interpongan en el camino, personas concretas o cosas que no dejan al personaje triunfar. Incluso puedes considerar las creencias de la sociedad a la que pertenece como las culpables de que no pueda lograr sus metas. Intenta buscar entre 3 y 5 posibles obstáculos. Con ellos podrás empezar a desarrollar la trama.
Tácticas:
¿Cuáles son las habilidades de tus personajes? ¿Qué es lo más probable que hagan para poder superar el obstáculo? ¿Cómo es su modus operandi? Sus tácticas dependerán de su personalidad, de su ambiente y de lo que sepan. ¿Es el tipo de personaje que huye de los problemas? Si es así ¿prefiere callejones, tejados, autopistas o calles llenas de gente? ¿Sabe usar el arco y es de los que resuelve los problemas a golpes en vez de acudir a la diplomacia? Si tu personaje es un viejo y hosco cavador de tumbas, que ha tenido ese mismo trabajo durante los últimos 40 años y que de pronto tiene que salir a buscar a los familiares de un hombre enterrado en una tumba anónima, lo más probable es que sea de los personajes que prefiera comunicarse con acciones en vez de ponerse a entablar una conversación de muchas horas con otro. O es probable que no esté desesperado por tener compañía en una caminata de largas horas. Las tácticas están atadas intrínsecamente a quien es tu personaje.
Expectativas:
¿Qué espera tu personaje? Recuerda que las expectativas son diferentes a las metas, ya que este punto pretende es evaluar cómo piensa. ¿Es optimista y espera que los problemas se vayan por sí solos? ¿O es pesimista y siempre está esperando lo peor? Esto impactará mucho en la forma en la que actúe cuando las cosas no le salgan como esperaba. ¿Será capaz de reaccionar de manera apropiada y a tiempo?
De todo esto es de donde saldrá tu trama. De los deseos, las necesidades, las metas, los miedos y las debilidades de tu personaje. Todas estas cosas juntas son las que crean una trama irresistible. Tu trama estará enfocada en tu personaje, sí. Pero eso no significa que no haya acción. Toma las metas de tu personaje y construye algo usando los obstáculos que escogiste. Definir sus tácticas te ayudará a decidir cómo se enfrentarán a esos problemas y te ayudará a establecer las escenas. Conocer las expectativas de tu personaje te ayudará a escribir reacciones más fluidas cuando lo necesites.
Si tienes en cuenta todo lo que planteamos en este artículo, podrás crear un personaje y una trama fácil de entender, creíble y natural.
Fuente Imagen: Alexandra Campo (vía Flickr)